Descubriendo el poder de la armonía
- Luis Felipe Quishpe
- 7 dic 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 10 abr 2021
Como músicos muchas veces le ponemos una cara fea a la armonía, ya que esta se traduce en teoría, y muchos de nosotros tenemos ese pensamiento purista de que la música no se “aprende” sino que se “siente”. Existe un problema muy grande con esa concepción de la música porque nos cierra un gran mundo de posibilidades por el simple hecho de no querer ver mas allá de lo que se nos ha dicho siempre.

Es cierto que la gran mayoría de grandes músicos jamás tuvieron clases formales, ni mucho menos pisaron un aula universitaria (sin contar a los músicos de la época clásica), pero ellos aplicaban teoría musical desde su oído. Por ejemplo, Jimi Hendrix sabía perfectamente como usar el tritono para causar ese intervalo disonante y provocar un estado de confusión en el oyente; también fue pionero en utilizar los acordes dominantes con tensión #9 porque a él le gustaba ese sonido de séptima que viene del blues, agregado con esa tensión que le daba un sonido mucho más agresivo. Así, aunque Jimi probablemente no conocía el nombre de ese acorde o su función dentro de un contexto tonal-funcional, su oído si sabía lo que era exactamente.
Nosotros ahora tenemos la ventaja de que podemos aprender todos estos vastos conocimientos o “reglas” para luego utilizarlas, romperlas, o doblarlas a nuestra voluntad. Ya todas las generaciones de músicos en el pasado se encargaron de extraer de manera explícita lo que ahora conocemos como teoría musical, entonces nos dejaron el camino libre para aprender de ellos y poder así experimentar o crear cosas nuevas. Cada nivel de armonía en la universidad se construye en base a su nivel anterior, pero así también lo destruye un poco.

En armonía 1, todo el contenido que se ve son prácticamente acordes y escalas diatónicas, que, si uno las utiliza en su música, esta va a sonar “agradable”. En armonía 2 ya se introduce un poco de cromatismos o disonancias como los dominantes secundarios que hacen que ahora los sonidos tengan un poco más de “picante” y no se queden solo en las notas estrictas de la tonalidad en la que estamos. Y así sucesivamente en los niveles siguientes de armonía se observan las maneras en como podemos agregar cada vez nuevos elementos para que nuestras sonoridades dejen de ser rectas y planas.
Esto es ideal para aquel músico que no quiere sonar como todo lo que existe allá afuera, sino que quiera ir hacia nuevos lugares. Antes de entrar a la universidad se puede decir que era un guitarrista competente, con una buena noción de ritmo y de reconocer lo que se está tocando, pero tenía un problema y era que lo único que conocía era la escala pentatónica menor (y ni siquiera sabía que se llamaba así). Entonces, cuando tocaba con alguien era la única que utilizaba para todo y esto me hacía daño a mí mismo, aunque cuando la tocaba sonaba bien. También cuando debía tocar acordes los únicos que conocía (y que según yo eran los únicos que existan) eran las clásicas posiciones de triada como el famoso mi menor con dos dedos en las cuerdas cuatro y cinco.
Una vez que tuve las clases de armonía me pude dar cuenta de que todo lo que sabía era una parte minúscula de lo que existe. Ahora sé que puedo tocar los cambios de los acordes de una canción y utilizar escalas determinadas para ese acorde. Suponiendo que una canción esté en mayor y utilice una progresión I-IV-vi-iii-V-I, sé que en el grado uno puedo usar el modo jónico, en el cuarto grado el modo lidio, en el sexto el modo aeolico, en el tercero el frigio, y en el quinto el mixolidio. Y no solo esto, sino que puedo agregar tensiones y cromatismos. Solo eso fue suficiente para que explote mi cabeza ya que nunca antes había sabido nada de eso y al tocarlo supe que ya no volvería a ver la música como antes. O también cuando me enteré de la existencia de los acordes con séptima, y cuando toqué por primera vez un Do mayor 7 fue como ser un ciego que todo el tiempo estuvo sentado frente al mar y de repente puede verlo al frente suyo.
Esta es mi experiencia con la armonía y con la teoría musical en general, pero puedo decir sin temor a dudas que el estudiarlas y aplicarlas me ha hecho un músico mucho más completo. Entonces, ¿Cómo se puede estudiar armonía de manera que tenga un uso práctico? Bueno, lo que yo te recomiendo es que apenas se acabe la clase y veas un tema nuevo, en ese instante aplica lo aprendido directo con tu instrumento. No sirve de nada si se puede resolver a la perfección los ejercicios en las pruebas o en el papel cuando no se sabe como tocarlos en el instrumento. Entonces, si en la última clase ves extensión de dominantes, ve al piano o a donde sea y empieza a tocarlos, escucharlos, y sentirlos. De esta manera no dependemos de estar pegados al libro de teoría memorizando el contenido, como haríamos con formulas matemáticas, sino que entenderíamos el porqué de las cosas y cada vez agregaríamos mas herramientas a nuestro arsenal de músicos. Todo esto sin contar que cada tema nuevo en armonía es algo que no se sabe porqué, pero suena maravilloso como el modo frigio dominante o el acorde místico.
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